lunes, 1 de agosto de 2011

Desde Amsterdam con nostalgia

Imposible dormir en este avión rumbo a lo cotidiano. La diferencia horaria no deja que el cuerpo tenga sueño. O quizás como alguien dijo, volver y contarlo sea un premio. En cualquier caso es una situación extraña, que mezcla mi pena por dejar la ciudad más bonita que he visto en mi corta andadura como viajante, y las ganas de volver a ver a todos. ¿El mejor recuerdo? Las Miller, sin duda, y esa casita encantadora en Round Lake.

Chicago, ciudad de contrastes. A veces maravillosa y a veces cruel. Si no compensara, no echaría de menos cada uno de sus rincones a pocas horas de haberla dejado. De la windy city paso a la ciudad del cierzo, y al pueblo de la tierra madre, la vida padre. Es la realidad, tan bonita como estas vacaciones, así que me siento afortunada.

1 comentarios:

Biunxi dijo...

Sé que da pena, pero volverás. YO la verdad te lo he dicho mil veces y lo diré mil más, me alegro mogollón de que hayas podido disfrutar de ese viaje pq sé que lo deseabas con todas tus fuerzas. Ahí está la prueba de que quien se lo merece consigue las cosas que desea, y tú te lo mereces, porque eres excepcional. Un beso guapa ;)

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