lunes, 24 de octubre de 2011

Sonreír es una forma económica de mejorar tu aspecto

Cuando lloraba se le hinchaba la cara y se encontraba mal. Pedía que alguien le tocara la frente porque se le ponía un dolor de cabeza insoportable. Encima era una llorona. Pero un día decidió que no podía verse con la cara hinchada ante el espejo tantas veces. Era como ver a un monstruo al que no reconocía porque su filosofía -siempre había pensado- era la de sonreír. Por eso además de sonreír tuvo que tomar algunas decisiones. Era perfectamente consciente de qué era lo que le impedía estar entera, así que lo cambió, lo evitó e hizo como que no existía. Desde ese momento las sonrisas gratuitas cobraron mucho más sentido porque lo que la atacaba ya no estaba. Ni rastro. Era el momento de sonreír de verdad, sintiéndolo tan profundamente como sentía aquél dolor. ¡Y lo que le enorgullecía que alguien le dijera de vez en cuando que daba gusto verla sonreír siempre! 

Vuelvo.

0 comentarios:

Publicar un comentario