Varios espectáculos no empezaron a su hora, en otros estaba abarrotado. Más andar que disfrutar porque en vez de situar las actividades relativamente cerca, cada una estaba en una calle lejana de la otra. Otras, imposibles de encontrar directamente. La primera noche blanca de Zaragoza, un desastre.
El sábado pasado, yo estaba muy ilusionada porque por fin llegaba la noche blanca a Zaragoza. No había estado en Madrid, pero había leído mucho sobre ella y no esperaba menos de Zaragoza. Así que el sábado me emplacé en pleno centro a las siete de la tarde con dos amigas para ir adónde nos llevara la programación. Primero: festival de danza en la Plaza San Felipe. Abarrotado: se juntaron los que pasaban, con los que salían de la boda y hacían tiempo para el banquete.
Desistimos y fuimos camino a otro festival de danza en la Plaza de la Seo. No había nada. Subimos camino al 1ZB en la Plaza España, y aleluya, algo participativo, pero un poco limitado. Era una instalación que consistía en un gran 1 de madera, una Z y una B. En el 1 se escribía un mensaje, en la Z un dibujo de Zaragoza, y en la B dejabas la huella de tu mano, untada en pintura. Una vez hecho todo, buscamos algo en la C/San Blas, sin éxito.
Rendidas, nos fuimos de tapeo por el Tubo, pero volvimos al Biciclown en la Calle Alfonso. Sentadas en un banco, esperamos y esperamos, y lo más interesante que presenciamos fue una charanga que habían contratado las hawaiianas de una despedida de soltera. Ni bicis, ni clowns, a las 22:30 desistimos y fuimos al Paseo Echegaray, que nos venían a buscar para subir al embarcadero de las Fuentes. Tenía todas mis esperanzas puestas en que el paseo nocturno en barco por el Ebro con música en directo iba a hacerme olvidar todo lo anterior. Crasso error, largas esperas sin resultado, ya que en cada barco cabían una decena de personas y delante nuestro, en la fila, había unas cuantas más. Discutiendo un rato sobre si aguantábamos dos horas o no, nos fuimos indignados.
Vale que era la primera vez, que poca gente conocía la iniciativa, y que participaban grupos minoritarios de artistas. Espero que el año que viene, la Asociación Zaragoza en Blanco tengan en cuenta todos estos aspectos, para poco a poco, mejorar el festival y que el año que viene sea mejor. Yo no me rindo, el año que viene volveré a patearme la ciudad en busca de nuestra cultura.
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