viernes, 3 de junio de 2011

"Sácame de aquí,

dame un respiro, anda que no quedan sitios por conocer. Sácame de aquí vente conmigo, pero antes de venirte recuerda que no pienso volver"



Se le estaban cerrando los ojos. Y es que madrugar ya no era una opción para ella. Los fines de curso siempre son intensos, pero cada año es diferente. Este cuatrimestre le tocó la tele. Ella odiaba la tele con todas sus fuerzas: memoriza, dilo sin pensar, mira a la cámara, ten complicidad, cuida los gestos... un rollo. Solo un plan le mantenía con fuerzas: CHICAGO. En cuanto le concedieran la beca hablaría con su jefa y le diría que sintiéndolo mucho, su contrato no podría llegar a su fin. Y se despediría de ellas para viajar a una de las ciudades más apasionantes. En realidad ella quiso ir a Nueva York, pero tardó siete días en hacer la reserva y ya no había plazas. No importaba, Chicago es de lo más chic. Siempre que decía que se iba a Chicago la gente decía que era la ciudad de sus sueños. Y la suya, porque es el reino prometido que le sacará de esta pesadilla rutinaria.

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